El domingo 25 de enero de 2015, en la sede de CEIM-Quillota, se vivió una celebración bendecida, con abundante gozo y fraternidad. Desde las alabanzas hasta la oración final, cada elemento fue una instancia de bendición de parte de Dios para su pueblo.
En esta oportunidad la prédica fue compartida por nuestro Obispo Justo Codocedo Ávila, y el mensaje central fue:
Todo lo que el hombre dice y hace deja algún tipo de huella (sal), deja parte de sí mismo.
Dios no es el responsable de que el pacto se rompa, sino que el ser humano es el que no lo cumple.
Dios es el que quiere que se retome (renueve) dicho pacto.
El hombre debe estar constantemente renovando el pacto con Dios, ya que siempre de alguna u otra forma no lo cumple en su totalidad.
Se debe también tener en cuenta que el ser humano es como una semilla cuya cáscara trae problemas, ya que es dura y es necesario que se quiebre.
Una persona al poseer un perfume necesariamente conoce el aroma que este posee.
Para Dios el ser humano es un grato olor.
El hombre es el frasco y Dios el perfume que se encuentra dentro de el, por lo tanto es necesario que este frasco se quiebre para que el perfume pueda salir.
2 corintios 2:14 Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento.15 Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden;
La importancia que tiene el frasco está directamente relacionada con lo que hay en su interior.
Cada celebración en CEIM-Quillota ha resultado en testimonios de gratitud, sanidad, restauración, de las cuales le invitamos para que sea partícipe de las bendiciones de Dios. Le
invitamos a nombre cordialmente a acompañarnos en nuestra sede ubicada en Zorobabel Rodríguez N°1615, Población San Martín, Quillota. Le esperamos.