Apocalipsis 3.14; 17-22
14 Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto:
19 Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.
20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. 21 Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. 22 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
El Domingo 03 de mayo de 2015 en la sede CEIM-Quillota tuvimos una celebración bendecida en la cual nuestro Obispo Justo Codocedo Avila, comparto la palabra de Dios:
Este pasaje no fue escrito para las personas del mundo, sino para la iglesia. En Dios existía una gran preocupación por la iglesia, ya que esta tenia la misión de predicar y traer al pecador a los pies de Cristo.
Si Dios golpea a la puerta y llama es porque existe un gran interés hacia su pueblo, hacia nosotros quiere bendecirnos, él esta consciente de nuestra necesidad y regresa una y otra vez para suplirla, pero en ocaciones creemos que no necesitamos nada, que como estamos nos encontramos bien pero no es así, del momento que esto llega a nuestra mente pasamos a ser desventurados, miserables, pobres, ciegos y desnudos (v.17).
Es necesario que cuando Dios golpee nuestra puerta atendamos de forma inmediata, de no ser así le estaríamos diciendo que no necesitamos de él y esa no es nuestra realidad, y por supuesto con la disposición de abrirle, ya que no basta con reconocer nuestra propia condición o lo que necesitamos, sino que es necesario tomar, apropiarnos y atesorar aquello que nos hace falta.
Si logramos todo esto estaremos en una comunión perfecta con él.
le invitamos a compartir nuestras celebraciones, en nuestra sede ubicada Zorobabel Rodriguez #1615, Quillota. Le esperamos ….