Santiago 3:2-5
2 Porque
todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón
perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. 3 He
aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan,
y dirigimos así todo su cuerpo. 4 Mirad
también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son
gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. 5 Así
también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He
aquí, !!cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!
El domingo 21 de
junio del presente
año nuestro pastor Israel Codocedo Ulloa nos
compartio el mensaje
de Dios
Todos en algún momento hemos vivido circunstancias en donde
nuestra boca (lengua) es más rápida que nuestra mente.
Con nuestra boca debemos reconocer lo que Dios ha hecho en
nuestras vidas y no lo contrario.
Mateo 5:28
La mujer antes de ir donde Jesús, confesó con su boca su
sanidad.
1° Juan 1:9
El perdón también esta en nuestra boca, ya que si confesamos
nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos.
En muchas ocasiones vivimos esclavos de nuestras propias
palabras o somos encasillados con confesiones que realizan los otros sobre
nosotros.
Pero nos enfocaremos en un relato sobre un joven llamado
Esteban.
Hechos 6 y 7
Dentro de este relato podemos apreciar que habían quienes
sobornaron para que se hicieran confesiones en contra de Esteban.
Por muy raro que suene a las personas por lo general le
gusta o prefieren que les mientan antes de saber la verdad, puesto que lo más
probable es que esta no les agrade.
Aquí vemos como Esteban confiesa quien es Dios y lo que ha
hecho desde el principio de los tiempos, él estaba lleno del Espíritu, es por
ello que todo se determina por lo que tenemos dentro de nuestro corazón, eso es
lo que hace la diferencia, dentro del corazón de Esteban estaba el Espíritu de
Dios y es por ello que al momento de ser apedreado, enjuiciado, aún en medio de
la tribulación, puso los ojos en el cielo vió la gloria de Dios y a Jesús
sentado junto a él.
El cristiano verdadero confiesa que Dios lo salvará de lo
que ses y esa convicción debe existir en nuestros corazones.
Si confesamos a Cristo como Señor, él nos confesará delante
del Padre (Dios).
Romanos 10:10
Con el corazón se cree, pero con la boca se confiesa para
salvación.
Debemos confesar que le hemos fallado, que no hemos hecho lo
correcto, pedirle ayuda a él; nuestra fe y confesión debemos depositarlas en
Dios.
Él merece nuestra obediencia y debemos dársela.
Para que Dios haga algo en nosotros debemos confesarlo con
nuestra boca, y al hacerlo somos hechos libres y el gozo se transforma en
nuestra fortaleza.
Le invitamos a
compartir con nosotros las bendiciones de cada
celebracion, en nuestra iglesia
ubicada en Zorobabel Rodriguez
#1615, pobalcion San Martin, Quillota