
Jesús comienza a enseñar y todos los que estaban ahí
recibieron pero sólo los más íntimos, los que compartían continuamente con él
tenían respuestas de sus enseñanzas, explicación de sus parábolas.
En este tiempo se podría decir que todos han oído hablar
de Jesús, pero sólo los íntimos, sus hijos, conocen lo que él es y lo que él
hace.
Marcos 3;
Marcos 4; Marcos 5
Aquí podemos apreciar claramente una adoración a Jesús,
ya que el hombre se postró delante de él, pero como podía ser posible sí el
estaba endemoniado y los demonios no pueden adorar, entonces ¿Qué sucedió? lo
que realmente se postró a adorar a Jesús era sólo una parte del hombre, la cual
aún no era gobernada por los demonios, lo poco y nada de voluntad que le
quedaba decidió avanzar y adorar a Jesús.
Este hombre al estar en esa condición se golpeaba con la
ley, ley lo hería, lo lastimaba porque la ley mata, más la gracia que sólo
podemos encontrar en Jesús da vida y fue eso lo que recibió al aparecer en su
vida.
Donde hay un demonio es seguro que haya más que uno pero
también donde hay dos o tres congregados en el nombre de Dios ahí envía
bendición.
Muchas veces nos vemos en la misma condición del hombre,
queriendo vencer pero la ley nos recuerda que en la condición en la que estamos
no se nos permite hacer lo que Dios quiere.
Jesús en la multitud no encontró la adoración es por ello
que cruza al otro lado, sabía que al otro lado lo encontraría, hallaría en uno
lo que en la multitud no había, cruzar no fue sencillo, hubo tormenta, pero él
sabía que valía el riesgo, cada vez que somos movidos a algo mejor debemos
tener claro que habrá dificultad, es necesario el esfuerzo, allí hay bendición.
La tormenta no aparece hasta que estamos solos, es allí
donde se ve nuestra fe.
Le invitamos a
compartir cada celebración con nosotros en
nuestra iglesia CEIM-Quillota
ubicada en Zorobabel Rodríguez #1615, Población San Martin Quillota.. Le esperamos !!!