Este domingo El Obispo Justo
Codocedo expuso la palabra de Dios, en medio de una celebración gozosa y llena
de alabanza a nuestro Dios, donde se nos hace examinar nuestra vida para ver si
realmente vemos a Jesús en como Rey de reyes.
El mensaje compartido fue
siguiente:
“18 Viéndose Jesús rodeado de mucha gente, mandó pasar
al otro lado.19 Y
vino un escriba y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas.20 Jesús le dijo: Las
zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no
tiene dónde recostar su cabeza.21 Otro
de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi
padre.22 Jesús
le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.” Mateo 8:18-22
Jesús se rodeaba de mucha
gente, muchos de ellos eran pecadores, delincuentes, rameras, pobres, etc.
Creyentes que veían una mínima posibilidad de tener un cambio en sus vidas. Y
su palabra nos dice que Jesús quería pasar al otro lado y es así, Jesús siempre
quiere hacernos pasar al otro lado.
En el verso 19 un escriba le
habla a Jesús diciéndole “maestro, te seguiré adonde quiera que vayas” cuantas
veces hemos dicho que damos todo por Jesús, pero quedamos en la mitad. Pero
Jesús le responde algo muy interesante “no tengo donde recostar mi cabeza”,
Jesús le advierte que Él no le iba a dar un lugar donde dormir, ni mucho menos fama
ni comodidades. Dios no nos promete títulos, ni fama, ni gloria, porque un
discípulo de Cristo es alguien que sabe que no va a recibir elogios ni va a ser
aplaudido.
Otro discípulo le dijo
“déjame que vaya primero y entierre a mi padre” y ciertamente no es malo
sepultar a los familiares, pero a veces hay cosas naturales que se convierten
en un estorbo. Muchos dicen “Señor, déjame primero terminar mis estudios, criar
a mis hijos, tener mi casa, y muchas otras cosas más, pero es mentira, solo
están postergando a Dios y Dios no quiere que nada le postergue a Él. Cuando
ponemos primero a la familia, al trabajo o a los quehaceres, dejamos por
consecuencia en segundo plano a Dios y eso nos muestra que hemos perdido la
capacidad de poner a Dios primero.
El discípulo de Cristo
siempre tendrá tiempo para Jesús, no tiene excusa. Debemos darle tiempo a Dios
y dejarlo gobernar sobre nuestras vidas.
Es una pena que Dios pueda
gobernar sobre los elementos, sobre los demonios, pero no sobre el hombre que
es su perfecta creación, porque el hombre no se ha dejado gobernar, aun cuando
Jesús dio su vida y abrió sus brazos en la cruz por amor del hombre.
¿Puede
Jesús ser el Rey de reyes sobre tu vida? O Dios tendrá que decir “te di belleza
y te la quitaré”, “te di bienes y te lo quitaré”.
¿Quién
nos podrá separar del amor de Dios? Ni lo alto, ni lo bajo, ni lo profundo…pero
sí nuestra voluntad.
¡Que
nada le haga sombra a Jesús!
Les esperamos cada domingo desde las 10:30 hrs en nuestra iglesia ubicada en Zorobabel Rodrigues #1615, Quillota