Nuestro Obispo
Justo Codocedo ha sido el encargado de enriquecer cada domingo nuestras
vidas a través de la palabra y ha sido tan enfático en hablar de Jesús y
mostrárnoslo como el Rey de reyes y éste domingo no fue la excepción.
El mensaje fue el siguiente:
Apocalipsis 3:20.
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.”

Tenemos miedo de que Jesús entre y nos toque, porque verá nuestra soberbia, nuestra arrogancia, y todo lo que queremos ocultar, pero, ¿De qué nos sirve tener un Cristo, un Dios Todopoderoso, si no le dejamos entrar a nuestra casa y ordenarla?
Jesús
llama, y tanto golpear a nuestro corazón la puerta no se va a romper,
sino que se va poniendo cada vez más dura. Y Jesús no quiere quebrarnos, no quiere endurecer nuestro corazón,
ni quitarnos nada, Él quiere cenar contigo, quiere pasar una velada
contigo, Él trae un menú delicioso y contundente para ti, pero no puede
entrar a menos que tú le abras, pues se abre desde adentro.
Nadie puede entender tu corazón, solo Jesucristo, pero Él no lo abrirá la puerta por ti.
¿Dejarás que Jesús se quede afuera?
Son muchos los que aceptan a Jesús como su salvador pero son pocos los que cenan con Él.
Jesús dentro de tu corazón te redime, te levanta, te sostiene.
¿Quieres que entre para que sea tu Señor?
Comentarios